Se ha discutido si la antropologÃa en la modernidad se ha convertido en el centro de la filosofÃa. De hecho, la antropologÃa es como un cruce de caminos en el que confluyen muchas cuestiones filosóficas. El hombre mismo es una cuestión cuya complejidad extiende sus hilos a todo el campo de la filosofÃa. La realidad toda se entreteje en sus fibras, de ahà la caracterización renacentista del hombre como microcosmos. El carácter corporal y social, la afectividad, el lenguaje y, especialmente, la mente y el carácter personal muestran de qué «material», está hecho el hombre, cómo está equipado. Otros rasgos, como identidad, libertad, actividad, historicidad, cultura y sociedad, enseñan cuál es la tarea a la que está destinado. Finalmente, otros indican los lÃmites en los que discurre su existencia y ayudan a trazar los perfiles: el mal, la caÃda, la culpa y la muerte. Estos lÃmites reflejan, además, una experiencia muy actual: el carácter vulnerable del hombre.