«Soy esa clase de personas capaces de soportar el impacto de un huracán, pero vulnerables a un suspiro». TenÃa quince años cuando me otorgaron la medalla por haberle ganado. TenÃa dieciocho años cuando comprendà que nunca ganas cuando se trata de cáncer. Le escribo porque le conozco, porque le he visto ganar matando y ganar perdiendo, porque le he mirado a los ojos, porque le veo cada vez que me miro. TenÃa algunos más cuando descubrà que abuso implicaba otras manos, sin permiso, sobre un cuerpo que deberÃa ser solo mÃo. TenÃa algunos menos cuando me vi envuelta en la batalla que nace de la incomprensión de no ser suficiente para quien más quieres. TenÃa veinte años cuando tejà mi camino a la pérdida de la cordura que ahora reside en los versos que escribo, y solo un año más cuando él deshiló todos mis miedos y me hizo recuperarla. AutolÃtica es dolor, resiliencia, valentÃa, llanto, amor y esperanza. Es mi vida, pero podrÃa ser también la de cualquiera. Es un hogar donde tomarse un respiro. Es una invitación hacia uno mismo, un arma contra los miedos. Es un poemario, pero también es vida.
