Abel era un niño muy travieso. Todos los dÃas sus papás le tenÃan que regañar: no obedecÃa, no recogÃa su habitación por la noche antes de irse para la cama, no preparaba la mochila para ir al cole al dÃa siguiente y dejaba tooodoos los libros de las tareas por encima de su escritorio. Gracias al hada Aiba y al Enanito del Silencio, Abel vivirá una gran aventura y aprenderá una poderosa lección.