El 31 de diciembre de 1999 diferentes personajes van cruzándose en una ciudad cualquiera, apareciendo y desapareciendo bajo la luz mortecina de las farolas mientras pesa sobre ellos la influencia de la novela de moda (parodia de la mala literatura actual) a la que alude el título. A lo largo de la narración se homenajean --o parodian-- textos clásicos de la historia de la literatura, desde Platón a Marx o desde Homero a Cervantes, dentro de una estructura que imita las estructuras quebradas de las novelas de principios del siglo XX. Los personajes funcionan como personajes individuales y colectivos al mismo tiempo, cada uno dentro del grupo al que pertenece --los evadidos, los perseguidores, los estudiantes, las miembros del grupo de acción social...-- y a menudo se les reconoce por algún atributo: el color del pelo, la ropa- más que por su propio nombre. Están manejados usando una técnica similar al esperpento de Valle-Inclán, enfocados desde arriba como si fueran marionetas. Las situaciones grotescas se suceden unas a otras como en una obra de teatro del absurdo y, sobre todo, este texto es una sátira --en ocasiones, ácida-- del mundo cultural de hoy en día, de los artistas, intelectuales, ideologías, vanguardias... un texto muy divertido que pone en evidencia la vacuidad de la cultura actual.
