La tradición del milagro guadalupano tiene un inconmensurable poder simbólico. David A. Brading examina los debates recientes y el controvertido camino hacia la canonización de Juan Diego en 2002. En este ensayo reflexiona sobre la construcción teológica de los autores que entendieron a Juan Diego como un portavoz, un nuevo Moisés, y sobre la imagen guadalupana como la nueva arca de la alianza del pueblo mexicano.