En la poesÃa de MarÃa Victoria Atencia se dibujan un estado ?el de plenitud?, una dirección, ?la ascendente?, una irradiación ?la luz?, una referencia espacial, la de un ámbito que ofrece cobijo (ciudad, puerto, casa, huerto, toldo, paraguas), y una temporal, la del instante que hay que atrapar para combatir la fugacidad. A ésta se viene a unir el medio redentor, a saber el arte que permite lograrlo; y en el arte (y cerramos el cÃrculo) se retiene también la plenitud y la belleza, y por ello el vuelo, la luz, siendo por lo mismo, a su vez, cobijo. De este modo aparece como un puntal de armonÃa y de belleza. Y este hecho responde directamente a su persona. Aleixandre la comparó con Venus naciendo de las «espumas blancas», Aquilino Duque a la Victoria de Samotracia y Jorge Guillén la nombró Victoria SerenÃsima. A medida que los años van transcurriendo, la serenidad y la armonÃa han ido predominando en ella.
