Luis Marsá es un joven universitario autoconvencido de que padece alexitimia, una especie de trastorno de las emociones que se manifiesta en una incapacidad para entenderlas y sentirlas, en un carácter preocupado y pesimista, escasez de imaginación y una inteligencia frecuentemente desbordada.
La ironÃa y el sarcasmo son dos de sus escudos preferidos para ir por la vida supliendo sus carencias afectivas. Hasta que un dÃa, casi de casualidad, conoce a Guillermo quien con mucha paciencia y sabidurÃa va mostrando a Luis los sitios donde de verdad hay que buscar las emociones y los verdaderos sentimientos.
Mis margaritas siempre dicen no es un una historia de descubrimientos, de confesiones y concesiones, de deudas pendientes con el pasado saldadas en el presente, de búsqueda del amor en lugares donde nadie creerÃa encontrarlo. De la vida.