Según Enrique Lynch, sus «nubarrones» son «ensoñaciones u ocurrencias separadas de otras, cavilaciones interrumpidas, trazos de escritura rápida, observaciones muy escoradas y, en ocasiones, un punto amargas». Con la agudeza del filósofo, la universalidad del humanista y el humor del irónico, Nubarrones es un viaje al mundo intelectual y personal de Lynch. Un luminoso trabajo desarrollado entre 2005 y 2020 que, por su extensión, presentamos en dos volúmenes. Este primer volumen agrupa aquellos textos en los que plantea observaciones a las ideas de los grandes nombres de la filosofÃa y en los que podemos rastrear una suerte de decálogo moral. También incluye apuntes estéticos y crÃticas literarias, sociales y polÃticas. Aquà se dan cita todas las preocupaciones que Lynch reflejó en su vasta obra: Nietzsche y su lucha con los lÃmites del lenguaje, Heidegger y su concepción del idealismo, la voluntad y la desesperación en Benjamin o los vasos comunicantes entre filosofÃa y narrativa, el placer como guÃa y el amor como enigma. En este viaje, en el que Lynch se mira en un espejo, Pitágoras, san AgustÃn, Wittgenstein, Foucault o Deleuze pasan por el tamiz de su aguda inteligencia, pero también lo hacen Schwarzenegger, Scarlett Johansson, las flores rojas de un arbusto, la publicidad, la religión, la belleza, la inocencia o la culpa. «La belleza es un óvalo perfecto que remata en una frente amplia, abombada y espléndida, abierta sobre unos ojos muy oscuros. Es una curva doble, como la de un signo de interrogación. La belleza es una permanente interrogación».Enrique Lynch