El Medievo pasa por ser la edad de oro de las herejÃas. La gran variedad de publicaciones, que van desde trabajos rigurosos hasta páginas de dudosa solvencia cuando no de obsceno mercantilismo, indica el interés del tema aquà tratado. El estudio de las disidencias religiosas debe apoyarse forzosamente en lo que las fuentes teológicas aportan y resultarÃan inexplicables si no se tuviera en cuenta el componente doctrinal sobre el que se apoyan. Explorar el vasto campo de las ideas religiosas de los tiempos de esplendor y de decadencia del imperio romano constituye un ejercicio intelectual para todo aquel interesado en la Historia, pues no hay que olvidar que los fundamentos culturales bajo los que ha vivido la sociedad europea hasta el inicio de su proceso de secularización se han forjado a lo largo de estos años.Introducción. Primera parte. La herejÃa: entre la opinión y la disidencia. CapÃtulo I. Una base de partida: las filosofÃas del judaÃsmo y las discrepancias en las primeras comunidades cristianas; CapÃtulo II. El cristianismo a la búsqueda de un esquema doctrinal común; CapÃtulo III. El tiempo de Constantino y la cristianización del Imperio; CapÃtulo IV. AgustÃn de Hipona ante la herejÃa Segunda parte. La ortodoxia: afirmación y difusión. CapÃtulo V. Vicisitudes polÃticas y cultura antiherética ante la atomización del mundo mediterráneo; CapÃtulo VI. La literatura hagiográfica, un auxiliar en la lucha contra la herejÃa; CapÃtulo VII. Los concilios ecuménicos como escenificación de la ortodoxia en la Iglesia universal; CapÃtulo VIII. Los concilios de la España visigoda y la defensa de la ortodoxia en las iglesias locales; CapÃtulo IX. Paganismo, herejÃa y cultura antiherética en el nacimiento de Europa; A modo de balance final. Apéndices. Orientación sobre fuentes; Textos CronologÃa; Léxico de las principales herejÃas de la época estudiada; BibliografÃa.