Desde su aparición hasta la Posguerra Civil el moderno sistema hipotecario y registral espa?ol admitió la inmatriculación de fincas mediante procedimientos y t¡tulos meramente posesorios. Esta peculiaridad convirtió al primer Registro de la Propiedad en un ÂôRegistro de la posesiónÂö. En este libro se sostiene la tesis de que la fortuna de esta v¡a de acceso al Registro se explica por su valor constituyente. Porque la posesión registral fue herramienta para terminar de operar la transformación del viejo dominio dividido y vinculado en propiedad contemporánea, mediante la identificación de quiénes deber¡an ser los nuevos propietarios entre los antiguos due?os. En el libro se demuestra la versatilidad y pluralidad de los mecanismos de inmatriculación posesoria, que sirvieron tanto a la pol¡tica desamortizadora, como a la conservación de la percepción de antiguas rentas se?oriales. Esta función se desarrolló además en un tiempo de intenso debate sobre la naturaleza jur¡dica de la posesión y cuando todav¡a no se hab¡an acabado de enunciar los actuales principios de Derecho hipotecario.
