'Los tiempos presentes son, por su carácter perentorio y su legibilidad histórica, los más propicios para volver sobre uno de los géneros más antiguos de la teologÃa polÃtica tanto oriental como occidental: la apocalÃptica. Hacia 1820, el mundo occidental se despertó ante la evidencia no sólo de la antigüedad sino también de la difusión de la apocalÃptica al descubrirse, en el Serapeum egipcio, un texto concerniente al final de los tiempos donde todo bien se convertirá en mal, una revelación en sueños de Nectanebo II (359-342 a.C.), el último gobernante de una dinastÃa nativa de Egipto. Sin embargo, la gran batalla final entre dos potencias onto-teológicas antagónicas, el Cristo y el Anticristo, verá su apogeo con la teologÃa cristiana. De esta forma, Germán Prósperi nos lleva al punto culminante de esa tradición y la reinterpreta según una sorprendente deconstrucción que nos habla a los habitantes del desorientado mundo actual.Sin embargo, con magistral audacia, este libro nos propone el desafÃo de considerar a este gran antagonismo teológico-polÃtico como un episodio de la psicogenética de Occidente. La herética teorÃa que afirma la gemelidad ontológica entre el Cristo y el Anticristo como operadores de conjunción y separación es también un capÃtulo inédito del duelo entre el fantasma y el Ãcono asà como el abismo insalvable, más allá de todomesianismo, entre metafÃsica y soteriologÃa. En este contexto, el Anticristo es un doble fantasmático que niega el arquetipo paterno-filial de la iconologÃa occidental que todavÃa habla la Lengua del signo dual del Cristo y su oponente. Ante este escenario se abre la posibilidad de pensar al fantasma como el lugar de lo neutro y de diagnosticar a toda la psiquis occidental como el resultado de una trans-alienación que la desgarra desde los inicios de la metafÃsica y que acaso ha encontrado, bajo las figuras del Cristo y del Anticristo, las expresiones extremas de su esquizofrenia. AsÃ, el fin de la Historia, al que ahora asistimos, no es sino la puesta en relieve de la fuerza de las imágenes como dimensión extra-ontológica de la filosofÃa.' Fabián Ludueña Romandini 10