En Spinoza subversivo. Variaciones (in)actuales, Antonio Negri presenta los ensayos sobre Baruch de Spinoza posteriores a la publicación, a principios de la década de 1980, del imprescindible la anomalÃa salvaje. Una obra, pues, que agrupa el resultado de casi veinte años de trato con el judÃo maldito de Amsterdam. Como señala ?no sin reservas- en su introducción Emilia Giancotti, en la escritura negriana sobre Spinoza resulta difÃcil distinguir al hermeneuta del filósofo que, emboscado, produce sus propias innovaciones conceptuales. En efecto: un devenir común. Si ?la ontologÃa spinoziana es una violación absoluta de la tradición ontológica?, el devenir común Spinoza-Negri despliega el grito de guerra de Baruch de Spinoza en las condiciones filosóficas de nuestra pacificada posmodernidad. En el más reciente ?retorno a Spinoza? las corrientes más vivas del marxismo occidental han salido a la búsqueda de una refundación ontológica de la razón y la praxis liberadoras. Una refundación ontológica necesariamente ética. La resignada y beatÃfica complacencia con la superficie promovida por las distintas variantes del postmodernismo no encuentra condescendencia en esta refundada anti-modernidad: ?el spinozismo es un estado del espÃritu: permite considerar la existencia como posibilidad de subversión ?es el trascendental ontológico de la revolución. En este terreno, con este espÃritu, uno a uno y colectivamente, los hombres continúan midiéndose. Las ideologÃas de las que se sirven nacen y mueren. Sólo el spinozismo permanece: como metafÃsica inicial, como derecho natural, como situación en la que es necesario sumergirse, no sólo si queremos ser filósofos, sino sobre todo si queremos ser revolucionarios.
