Haciendo bien su trabajo de cada dÃa es como estos dos burritos deben ganarse el Cielo.Haciendo bien su trabajo de cada dÃa es como estos dos burritos deben ganarse el Cielo. Lo que no se esperaban el Moro y el Canelo era que un burro bajara del Cielo. Y eso es justamente lo que pasó. Un dÃa, mientras descansaban de dar vueltas a la noria, apareció de repente Lucero. Era un burrito algo distinto -¡cómo que venÃa del ParaÃso!- y les contó un secreto: si se portaban bien allà también habÃa sitio para ellos. ¿Sabéis lo que pasó?