Tuve mucha suerte: nacà en medio de la música. Mi padre era violinista. Tocaba el violÃn en una habitación alejada de donde yo jugaba. Recuerdo que, siendo yo aún muy pequeño, me atraÃa la magia que salÃa de esa habitación. Un dÃa me acerqué de puntillas y, a través de la puerta entreabierta, vi cómo mi padre hacÃa hablar al violÃn en una lengua desconocida para mÃ. A parir de 7 años