A lo largo de los siglos, la Iglesia ha expresado su propia fe, de un modo conciso y sintético, en la fórmula del Credo Apostólico.Penetrand o en sus contenidos, mostrando su armon¡a interna, esclareciendo su significado, dejándonos llevar por el reto que la Confesión de fe supone para la práctica del creyente en el mundo, nos encontraremos en el corazón mismo de la fe cristiana, que es, ante todo, confianza en Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo que ha salido al encuentro de todo hombre en su andadura por el mundo y por la historia; comprobaremos cómo ha deseado la Iglesia transmitir los contenido de la fe; palparemos la credibilidad y validez de la vida cristiana; y descubriremos las formas de fe que, dentro de la fidelidad a la fe heredada, son más adecuadas a la sensibilidad del hombre actual.