NINGUNA PALABRA ES TUYA Antes de lo que dices, todas tus palabras (las bellas las terribles las inanes) habÃan ya habitado el corazón de otros humanos. Antes de lo que escribes, todos los libros pudieron ser leÃdos en las pupilas de otras bestias de tu misma especie. Nada, pues, te envanezca: Todo estaba dicho. Todo estaba escrito. Todo ya vivido.