Inscritas en la tetralogÃa , que
debe su nombre a un verso de la poetisa vasca Angela Figuera,
(2001) y
(2002) constituyen dos piezas fundamentales en la ecléctica
producción de . Prologadas por Guadalupe
Soria, profesora de Literatura de la Universidad Carlos III, con
una introducción del propio autor sobre el papel de las mujeres en
su obra, ofrecen un claro ejemplo de su fascinación por el universo
femenino asà como de su maestrÃa para retratarlo.
Premio Lope de Vega 2001, es un
homenaje al «teatro sin corazón» de Jardiel Poncela; una obra manifiestamente
cómica sobre las tensas relaciones de una madre y
sus hijos. El mismo dÃa que Herminia se dispone a reconquistar su
libertad, perdida en el cuidado de su familia, sus vástagos comienzan,
uno a uno, un hilarante peregrinaje de regreso al hogar materno.
Las situaciones resultan desternillantes y el tema, tristemente
actual.
, estrenada en el teatro
Gran VÃa en 2005, supone la incursión decidida del autor en el universo
de la mujer del siglo , una reflexión sobre su papel en el
mundo laboral y un magnÃfico retrato de la inseguridad que su éxito
provoca en la mente masculina.