En las empresas, la energÃa es esencial en el desarrollo de su actividad, lo que implica una relación directa con los costes y por ello es tan necesario profundizar en su conocimiento y control.
Una empresa al gestionar correctamente su energÃa persigue tres objetivos:
Reducir el consumo de energÃa.
Ahorrar en costes energéticos.
Disminuir las emisiones de los gases efecto invernadero (GEI).
Una de las principales herramientas para que las empresas gestionen su energÃa son los estudios energéticos.
Para iniciar un estudio energético, auditor y empresa, han de definir y establecer claramente cuál será el alcance técnico del estudio energético que se va a ejecutar, se ha de establecer un programa de actuaciones previas, siendo preciso solicitar por escrito a la empresa, relación de información, datos y documentos necesarios para la realización de la auditorÃa.
Una segunda fase en el proceso de la auditorÃa es el trabajo de campo en las instalaciones de la empresa, toma de datos, registros y mediciones.
Una vez recopilada la información y realizada la inspección ocular de la empresa con una toma de datos complementaria in- situ, se planifican las mediciones que son precisas para la correcta ejecución del estudio energético.
La información energética de la empresa ha de ser tabulada, mediante lo que podemos llamar contabilidad energética. Esta tiene por objeto, la asignación de consumos de energÃa a equipos, lÃneas de proceso o cualquier otra división que la empresa pueda disponer, con el fin de determinar el origen del consumo de cada unidad de energÃa.
Conocido el consumo de cada fuente, por lÃnea de producción o unidad básica, se analiza el coste de los distintos tipos de energÃa, su porcentaje de participación en los costes de producción, la tecnologÃa empleada, usos, tarifas, etc.
Con los datos obtenidos en al análisis energético y el conocimiento de un abanico amplio de posibles medidas que mejoren la eficiencia de las instalaciones se realiza un diagnóstico de posibles medidas correctivas para mejorar la gestión energética de la empresa.
La propuesta de medidas se debe completar con un estudio económico de las mismas para determinar la viabilidad o no de su implantación.
Los resultados obtenidos en el estudio energético se han de plasmar en un informe final.