Una novela deslumbrante sobre la belleza y la esperanza que residen en los detalles más humildes de la existencia. Es verano en AlegrÃa Este, un rincón de Nueva Inglaterra en el que el tiempo parece haberse detenido y los espÃritus del pasado se pasean entre coches abandonados. AlegrÃa se alza sobre una costra de tierra a lo largo del rÃo Connecticut; sobre el rÃo se alza un puente de carga que lleva el nombre del jefe wampanoag que lideró una rebelión para recuperar su territorio de manos de los puritanos; y sobre el puente se alza Hai, de diecinueve años, pasando una pierna sobre la barandilla tras haber decidido lanzarse desde treinta metros de altura. Y entonces, de repente, algo interrumpe lo que parecÃa inevitable: una voz al otro lado del rÃo. Es Grazina, una anciana atrapada en los laberintos de la memoria, con recuerdos de una guerra lejana y de su Lituania natal.En un microcosmos de pérdidas y sueños rotos, entre las calles polvorientas y los paisajes melancólicos de AlegrÃa Este, ambos construirán un refugio efÃmero contra el desorden del mundo. En ese pasado laberÃntico y difuminado de Grazina, Hai se convertirá en el sargento Pepper, personaje de una guerra imaginaria que les permitirá navegar juntos las turbulencias de la extrañeza. Unidos por una existencia vivida en los márgenes de lo social, se forjará entre esa dupla improbable un vÃnculo basado en la empatÃa y el reconocimiento; una relación tejida entre confusiones y momentos de lucidez que se convertirá en un viaje inesperado hacia una segunda oportunidad.Tras deslumbrar a público y crÃtica con su primera novela, En la Tierra somos fugazmente grandiosos, Ocean Vuong regresa con uno de los libros más esperados del momento: un relato conmovedor sobre las heridas que atormentan nuestra alma colectiva.Haciendo gala de una extraordinaria destreza para la innovación formal y de una capacidad única para aunar la fragilidad y la esperanza a través de la belleza, Vuong nos regala una sobrecogedora epopeya sobre la capacidad humana para encontrar destellos de alegrÃa incluso en los lugares más insospechados.