Taciturno y pasional, el Mariano Moreno redescubierto por el periodista y filósofo Miguel Wiñazki depara más de una sorpresa. Moreno es quien urde, como si fuera un agente inglés, la fuga del invasor Beresford bajo la mirada atenta de quien, apenas arranquen los días de Mayo, se convertirá en el principal contrarrevolucionario: Santiago de Liniers, un "testigo en peligro" desde entonces. Moreno es quien comprende que el pacto colonial español, basado en la servidumbre y la esclavitud indígena, era ya un modelo económico que se agotaba sin remedio; y es también quien convierte la protesta de Mayo en una revolución imparable.