Desde la humedad amniótica del agua hasta la combustión irreversible del fuego, desde la solidez fértil de la tierra hasta la ingravidez huidiza del aire, este libro no se conforma con describir. Analiza, indaga, experimenta. Isabel compone cada verso con la precisión de quien disecciona el mundo, pero con la entrega de quien se sabe parte de él. Su mirada poética nace desde la perspectiva de un ser que convive con su entorno y lo conforma, y es una invitación a desconectar del mundanal ruido, a evadirse de la cotidianeidad que nos devora. (Del prólogo de Lluïsa Lladó)
